lunes, 8 de septiembre de 2014

Los piojos: prevención y tratamiento.

Llega septiembre y empieza el curso escolar. Un problema que suele traer a los padres muchos quebraderos de cabeza son los piojos, por eso hoy hablamos de la prevención, de cómo buscar esos temidos y minúsculos parásitos y de qué hacer en caso de encontrarlos. 

El Pediculus capitis o piojo es un parásito que se localiza en la cabeza y que se alimenta de sangre.

Desde hace años se ha relacionado la aparición de estos parásitos con la falta de higiene, pero esto es totalmente falso, ya que los piojos suelen preferir el cabello limpio para alcanzar antes el cuero cabelludo y así poder alimentarse. 



Otro de los conceptos erróneos que se tienen sobre los piojos es que pueden pasar saltando de una cabeza a otra, pues bien, los piojos no tienen alas, por lo que su única forma de transmisión es por contacto directo, como el empleo de cepillos, peines, gorros o almohadas comunes. Con esto debemos tener mucho cuidado, pues un adulto puede llegar a vivir hasta 2 días fuera de la cabeza de una persona.

Como curiosidad os diré que un piojo puede llegar a estar 4 horas sin respirar, vamos, que tienen medios más que eficaces para sortear nuestros intentos de ahogamiento o los tratamientos caseros a base de vinagre.

Ciclo de vida de los piojos


Los piojos en el cuero cabelludo viven un promedio de 30-40 días. Sus huevos se denominan liendres, las hembras adultas ponen estas liendres y las adhieren a la raíz del cabello con una sustancia similar al pegamento. Es importante señalar que si los piojos no se eliminan, la cantidad de piojos crece de forma exponencial, una hembra puede poner entre 150 y 300 huevos a lo largo de su vida, llegando a provocar una grave infestación. Por eso la necesidad e importancia de tratar estos parásitos.


 ¿Cómo buscarlos y reconocerlos?



El síntoma más característico de los piojos es el picor, principalmente detrás de la cabeza y en la nuca, debido a la saliva que el piojo inyecta durante la picadura. También pueden aparecer irritaciones o lesiones debidas al rascado, en estos casos hay que tener mucho cuidado porque pueden infectarse.



El examen del cabello debe hacerse con el pelo húmedo, para esto es fundamental el uso de una lendrera, un peine de púas muy finitas. Con la lendrera debemos ir pasando mechón a mechón, haciendo especial hincapié en la zona de la nuca y detrás de las orejas. Es muy útil colocar una toalla blanca sobre los hombros del niño, para así facilitar la distinción de los piojos. Los piojos se observarán como pequeños puntos de color amarillento, marrón o rojo.


Si os ha llegado el temido aviso y hay epidemia de piojos en la escuela, os recomendamos examinar la cabeza de los niños al menos una vez por semana.


¿Hemos encontrado piojos? 


Si la respuesta es "SÍ", necesitamos tratamiento: los pediculicidas.


Los tratamientos para la infestación de piojos se denominan pediculicidas. Podemos encontrar en el mercado un gran número de formas farmacéuticas: lociones, champús, espumas, cremas... De todas ellas, probablemente las lociones sean las más eficaces, ya que no se diluyen con agua a la hora de aplicarlas. 

Las lociones se emplean sobre el cabello sucio, ya que la grasa facilita su fijación. Deben aplicarse por todo el cabello, insistiendo principalmente detrás de las orejas y en la nuca. Es muy útil el empleo de un gorro de plástico durante el tiempo de acción de la loción para favorecer su eficacia.  Después de aplicar la loción, debe lavarse el pelo con un champú suave o un champú insecticida, y posteriormente peinar cada mechón con la lendrera. Para el secado, es importante que no utiliceis secador de pelo, sobre todo en las lociones con permetrinas, ya que el calor puede desactivar el principio activo del pediculicida.


El tratamiento con el pediculicida debe repetirse a los 7 días.
En cuanto a la composición de los pediculicidas, podemos encontrarnos aquellos que tienen insecticidas y los más nuevos que son libres de insecticidas:


  • Pediculicidas con insecticidas: los más frecuentes son las piretrinas, que pueden ser naturales o sintéticas (permetrina); en algunas ocasiones aparecen asociadas al butóxido de piperonilo para potenciar su acción. Son efectivos, pero presentan el inconveniente de que pueden generar resistencias y están contraindicados en niños menores de 2 años y mujeres embarazadas.


  • Pediculicidas sin insecticidas: compuestos por siliconas (dimeticona, ciclometicona) o aceites minerales. Estas sustancias no tienen actividad insecticida, sino que actúan asfixiando al piojo. Pueden ser utilizadas en niños pequeños a partir de 1 año y en mujeres embarazadas. Un ejemplo de este tipo de productos es el Goibi loción nature, compuesto por dos sustancias: alcohol bencílico, que impide que se cierren los orificios a través de los cuales respira el piojo y un aceite mineral que tapona esos orificios asfixiando al piojo.

Otro tratamiento disponible son los peines eléctricos, pero éstos sólo eliminan los piojos vivos, no las liendres por lo que más bien deben considerarse un tratamiento complementario.


Si no los hemos encontrado: prevención


Esta prevención consiste en pasar la lendrera de forma habitual y puede complementarse con el uso de repelentes. 

Es importante tener en cuenta que los pediculicidas NO son productos repelentes. El utilizar insecticidas como repelentes puede hacer que los piojos creen resistencias y a la hora de una infestación real, el pediculicida sea ineficaz. En las farmacias existen otros productos específicos, que con una sola aplicación ejercen su acción repelente durante varios días.

Y después del tratamiento...

En caso de infestación, y tras la aplicación del pediculicida, pueden ocurrir varias cosas:

  • Si observamos piojos adultos vivos 24 horas después del tratamiento, probablemente el tratamiento no ha sido eficaz, bien porque no hemos seguido las instrucciones correctamente o bien porque los piojos han desarrollado resistencias al insecticida empleado. Si no lo hemos empleado correctamente toca volverlo a utilizar leyendo detenidamente las instrucciones (y preguntándonos en la farmacia cualquier duda sobre su aplicación). Si lo hemos utilizado bien y se trata de un insecticida, debemos utilizar otro pediculicida con distinta composición. 
  • Al cabo de una semana pueden observarse piojos adultos, los cuales se deben a la eclosión de las liendres que no se hayan destruido en el tratamiento (las liendres son más resistentes que el piojo adulto o la larva a los pediculicidas) Por eso, se recomienda realizar una segunda aplicación una semana después de la primera.
  • Si el tratamiento se realiza correctamente y a pesar de ello reaparecen los piojos, puede tratarse de una reinfestación. Así que nos toca volver a empezar con el tratamiento e investigar de dónde procede esta nueva infestación; gorros, almohadas, prendedores o peines mal desinfectados suelen ser las causas.

Otros consejos:

  • Avisar al colegio o guardería en caso de detectar una infestación.
  • No intercambiar gorros, toallas, bufandas, peines, prendedores, ropa de cama o almohadas entre niños.
  • Si hemos encontrado piojos, introducir los peines y cepillos en agua hirviendo. Los gorros, toallas y ropa de cama deben lavarse en la lavadora a 60ºC. Los juguetes u otros objetos que no puedan lavarse a esa temperatura deben introducirse en una bolsa de plástico bien cerrada durante 10 días para que mueran los piojos.


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